Denuncian Irregularidades en el Penal de Tepa-Chico

Las garantías individuales de los reos no son respetadas; de 98 quejas emitidas por la Codhem, 60 por ciento están relacionadas con actas de preliberación no estudiadas

Otumba, Méx.- A cinco años de haber sido inaugurado, el penal de Otumba Tepachico presenta vicios permitidos por la Dirección General de Centros de Prevención y Readaptación Social del Estado de México.

Es un claro ejemplo de la red de cárceles estatales que son escuelas de la delincuencia en las que no se asegura la rehabilitación de los reos y que son conocidas como los hoteles más caros del mundo debido a las cuotas que entregan, no sólo a la administración sino a grupos de internos que les garantizan su protección.

La lucha del control por parte de los presos, el ingreso de drogas y la violación a los derechos humanos son prácticas cotidianas a las que no escapa el sitio en el que la sobrepoblación aún no se hace presente aunque parezca increíble. Su capacidad es de mil 800 reos y la población actual es de mil 200.

Tepachico cuenta con un área llamada de “Modelo A” para aquellos de “conductas especiales” o de alta peligrosidad, que tienen sentencias de entre 30 a 40 años. Actualmente aloja a 75.

Para definir cómo encaja en el actual panorama carcelario, la diputada federal María Elena Pérez de Tejada sostuvo: “El sistema penitenciario en el Estado de México está demasiado viciado, por llamarle elegantemente, y se deriva de toda una cadenita en el sistema judicial de la entidad, en los diferentes niveles: desde un Ministerio Público hasta el sistema carcelario que siguen dependiendo del influyentismo, corrupción y extorsión”.

EL HOTEL MÁS CARO DEL MUNDO

María Luisa, con un hijo procesado por homicidio, contrató un abogado particular al que pagó 10 mil pesos en una sola emisión. Después cubrió mil 200 pesos cada mes por audiencias, pero tras medio año y sin resultados a favor desistió de los servicios del litigante; ahora le ayuda un abogado de oficio.

María Luisa viaja desde Ecatepec para cumplir con las visitas. La semana pasada asistió para dejarle madera de pino y ceiba. Para ingresar la materia prima los custodios le piden dinero.

Con lágrimas en los ojos afirmó: “es el hotel más caro del mundo…En el interior del penal uno mismo ve, hay injusticia, aquí todo es dinero”.

La semana pasada dejó a su hijo 600 pesos para que tenga un lugar donde dormir porque “si pagamos nosotros, ellos son libres, tienen las celdas abiertas.

"Cuando llegan de nuevo ingreso, lo primero que les piden son 3 mil pesos que tiene uno que dar y sus remesas son cada tres meses por lo mismo.

“Para ingresar al penal nos tardan tres horas; tenemos que dar un dinero para que nos atiendan que puede ser de 50 a 100 pesos para ingresar comida y madera; en el día de visita los custodios son muy agresivos y fastidiosos; para pasar más comida de la que permiten, debe uno dar más dinero, luego nos dicen "póngale 20, póngale 50".

LEY DEL GARROTE
Uno de los custodios que pidió el anonimato reconoció que son orillados a cometer actos de corrupción pues los sueldos de 3 mil 500 pesos que perciben no les alcanzan para mantener los gastos familiares. Sus turnos son de 24 por 48 horas, es decir descansan dos días pero deben estar el pendiente para evitar algún amotinamiento.

En su labor, también son atraídos a practicar la “ley del garrote” ya que si un reo es sorprendido fumando droga, se le castiga no recibiendo visita familiar. Son encerrados en una celda de 15 a 30 días. Un Consejo integrado por funcionarios decide las sanciones.

Entre protegerse a sí mismos y evitar amotinamientos, los custodios no trabajan solos ya que se apoyan de los internos o “chivas” que gozan de ciertos privilegios. Son los encargados de informar para prevenir algún motín y están repartidos por módulos.

El acceso de droga a los penales tampoco se ha podido erradicar. Las mujeres la colocan vía anal o vaginal, que son partes que no son revisadas por el personal de custodia además que se carece de sistemas de revisión electrónicos. También se debe al personal de la administración a través de sus alimentos.

ESCUELAS DE LA DELINCUENCIA
La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México no tiene documentados decesos en Tepachico pero ha sido escenario de amotinamientos como los de abril y octubre de 2009 en el módulo A que derivaron en quejas, confirmó el visitador adjunto especializado de la Codhem, Carlos Felipe Valdés Andrade.

"A pesar de que se presumen también los programas de readaptación, son letra muerta", confirmó el funcionario.

Los derechos humanos de los reos también son objeto de violación y ejemplo de ello es que de las 98 quejas que emitió la Codhem el año pasado, 60 por ciento están relacionadas con casos de preliberación que no son estudiadas por el Consejo Interno del reclusorio.

“Ante esto, solicitamos al director del penal de Otumba que se haga una revaloración del estado legal en el que se encuentran los internos porque muchos de ellos no son tomados en cuenta y no tienen quién los apoye para poder conocer que ya están en tiempo de preliberación”.

ALARMA EN LA POBLACIÓN
Los amotinamientos han originado una situación social que cambia la vida del municipio, indicó el segundo regidor de Otumba, Emilio Flores Rodríguez.

“Hay temor y descontento de la gente ante la posibilidad de que familiares de reos vengan a radicar a Otumba. No es fácil que la población asimile que venga aquí otra gente a residir; aunque es un fenómeno nacional y donde haya un centro penitenciario va a existir y nadie lo puede impedir”.

La diputada Pérez de Tejada informó que para cambiar todo lo malo “se deben construir más reclusorios, penales clasificados para primodelincuentes con delitos menores, procesados y sentenciados, para que los primeros no sean contaminados y que tengan oportunidades para cuando salgan, además de que se generan oportunidades para que jueces y Ministerios Públicos ya no se presten a los sobornos”.